viernes, octubre 24, 2014


domingo, octubre 12, 2014

Tú crees que estamos solos, pero no.

Tú crees que estamos solos, pero no.
El mar nos acompaña y poco a poco se unirán a nosotros las promesas, los verbos perfectos y los recuerdos hermosos, accidentalmente hermosos.
Primero un te quiero al oído, después susurros que evitarán la pérdida y así hasta que la vida nos vaya llevando...

No sé cómo lo haremos, en serio no lo sé, pero va a suceder. De alguna forma el tiempo ha de reunir razones que serán para nosotros propósitos. Y hablaremos en plural por lo que nos resta de vida. El amor transformará sus acepciones por nosotros y todo será nuestro, fugazmente nuestro.

Los atardeceres finales serán los más preciosos, nos miraremos apenas y pensaremos con nostalgia que estuvo bien, que una vida si alcanza para sentir la felicidad y entregarse con cuidado día a día, noche a noche y beso a beso. No diremos que nos amamos; al contrario, disimularemos hablando de lo que tenemos en común: los chicos, la casa, lo que hicimos cuando no hubo plata y lo dulce que sentimos respirar nuestro perfume. Para qué decir que nos amamos si nuestra vida juntos significa el fondo del amor o algo que lo justifica mejor que un sí, nos amamos...