lunes, marzo 21, 2011

A OÍR BIEN

Michel Leiris comparó el arte de escribir con una tauromaquia, bella alegoría para
expresar el riesgo que debería estar dispuesto a correr el poeta o el prosista a la hora de
enfrentarse a la página en blanco.

Pero la imagen conviene todavía mejor al político que, desde lo alto de unas tablas, un balcón o el atrio de una iglesia, encara a una multitud enfervorizada. Lo que tiene al frente es algo tan rotundo como un toro de lidia, temible y al mismo tiempo tan ingenuo y manejable que puede ser llevado y traído por él si sabe mover con destreza el trapo rojo de la entonación y el ademán. (El pez en el agua)

NO DEJEMOS QUE LA MÚSICA DE LOS POLÍTICOS NOS SEDUZCA, ARRULLE O ADORMESCA. 

¡A VOTAR NO POR EL MEJOR ESPECTÁCULO EN UN ESTRADO, SINO, POR EL MEJOR COMPENDIO DE IDEAS!